Por Eliana Romero Padilla. Antropóloga UNMSM
La primera vez que escuche hablar
de la hora loca, fue hace mucho, en una de las reuniones familiares, no sabia
de que trataba pero me imagine un payazo frente a mi bailando como loco y divirtiendo
a los demás. Dentro de mi imaginario estaba ese significado pero no el
significante, es decir lo que podría darme la certeza de que se trataba de algo
así como lo imagine por un momento. Así empieza mi primera experiencia con
respecto a la hora loca.
Un día en medio de tanta música y amigos mientras
conversaba con uno de ellos, apagaron
las luces de la casa y sonó una pista de baile que parecía no tener final, para
poder darse un respiro. Se trataba nada más y nada menos que la famosa hora
loca, conformada por unos tres arlequines, vestidos de colores llamativos, que
por cierto se ven muy curiosos por sus brillos y antifaces que usan. Una hora
loca podría estar dentro de toda una
temática, es decir, los que llevan la diversión por una hora se disfrazan de
acuerdo al personaje que mas le simpatice a la victima. La hora loca se ha
vuelto todo un icono de los cumpleaños de niños y grandes, matrimonios,
quinceañeros y eventos grandes de algunas empresas o instituciones. Este tipo
de sucesos son variados, aunque al final
después de haber sido victima de varias horas locas, incluyéndome en uno de
ellos. Hace un par de años tuve como parte de mi sorpresa de cumpleaños. Ahora
ya no me parece tan interesante, ha llegado a un punto en el que se ve que esta
sobre entendido que habrá una hora loca sin tener que darlo a conocer, ya no es tan interesante ver la misma cosa
siempre. Es mas es raro no ver una hora loca en una fiesta o una discoteca.
Es esta la razón por la he
escrito este ensayo, por tantas horas locas que he ido sin saber que se daría
el caso, me llegó a gustar mucho en su momento, incluso pensé que podría llegar
hacer parte de una de ellas. Idea que paso por mi mente por ser novedoso, pero
mas lo veía como un negocio ya que vivimos en un mundo donde lo extravagante y
fantasmal es novedoso y da dinero, creo que hasta esa idea que acabo de escribir
es parte de tanta hora loca, que podría sonar loca.
Al pasar el tiempo puedo afirmar que
vivimos dentro de un contexto donde parecemos como si estuviéramos invadidos
por algunos gustos ajenos a nosotros mismos, esto se evidencia en la hora loca.
Considero que es un objeto cultural, en primer lugar objeto porque se puede
depender de ella, si nosotros los deseamos y porque podemos actuar de la manera como se nos
antoje. Y por otro lado es cultural ya que es parte de nuestra sociedad y esta
formada por una estructura implícita hasta que se da a conocer, es decir un
momento planeado donde vale todo al ritmo de la música. Sino por qué crees que
se va a una fiesta, acaso no es por sentirte bien y porque lo quieres hacer, o
tal vez porque estas con tantas preocupaciones o tristezas que necesitas salir
y justo ese día vives el espectáculo y bailas como nunca, gracias a la hora
loca.
¿Por qué se denomina Hora Loca? La hora loca es un tiempo, un
momento delimitado con el objetivo de llevar la diversión para los otros y sentirse alegre como ellos, no dejar de
bailar ni un minuto y si eres de los que se queda sentado mirando, será el
indicado para ser el centro de atención. Creo que esta dirigido para los menos
bailarines, de una u otra manera todos participan, grandes y pequeños. En este
contexto sostengo que estar sujeto a este tipo de objeto cultural es parte de
toda una subordinación impuesta en el momento sin alternativa a otra. Es decir,
es estar dentro del goce del otro sujeto. Por lo tanto sostengo que, quien parte que
gozar no es una trasgresión sino es lo que tú debes hacer dentro del sistema: lo
que se debe hacer, es decir, el sujeto es libre de gozar o disfrutar para eso el
objeto debe elegir correctamente.
Es aquí, donde existe una relación el goce del
uno mismo y el goce por el otro, cuando llega un momento como éste, estamos
subordinados por este momento, es mostrarnos libres de cualquier angustia que
tengamos y solo solemos reír, bailar, vacilarnos, jugar , hacer cualquier cosa
con tal de estar sintonizados en esta hora, queramos o no, y si no lo logramos
otros nos hacen participes de sus coreografías y nos adornan con tantos
colores, pitos, collares de colorines, globos, sombreros entre otras cosas que
pueden parecer graciosas. Estamos sistematizados por un conjunto de objetos
culturales que son parte de uno solo.
Esta hora loca puede ser
considerada como un momento de catarsis dentro del ser humano donde puede dar a conocer una acumulación de alegrías encontradas,
donde se desborda de emoción por tanta algarabía, donde no puede controlar su
goce y participa sin darse cuenta que lo que esta haciendo esta bien, cuando
luego podría saber que no imaginaba hacerlo. Así también lo menciona Marita
Hannan en uno de sus textos, del cual puedo proponer que es el objeto del consumo lo que se
reivindica a través del imperativo insaciable y cínico, “goza lo que puedas no
es seguro que haya un mañana, tampoco un ayer”.
En buena cuenta, el propio sujeto
es el objeto del mercado. La existencia solo parece constatarse en la búsqueda
insaciable de una plenitud anhelada pero siempre esquiva en la que el sujeto
intenta revelarse frente a los excesos de otro social que lo ignora y lo reduce
a no ser más que un esclavo del imperativo inconsciente de gozar en el cual
desaparece toda capacidad de decisión respecto del propio destino. El destino
que tal vez no quiso estar dentro de esta hora loca. No solo se habla de un
destino sino de una decisión no tomada ni menos planeada.
Este imperativo perverso al goce
se trata de una mercancía y se relaciona con la frase mas llamativa, que dice
trabaja ahora y goza después. Si lo vemos desde este punto de vista lacaniano,
la hora loca es un mito, una costumbre que para muchos hoy resulta parte de lo
cotidiano dentro de la palabra diversión. Puede darse el caso que uno decida
estar dentro de esta temática y por lo tanto, uno mismo puede elegir tener un
momento como este en su reunión. Eso es el imperativo perverso, el lograr lo
que se quiere y si se quiere con la hora loca que todos estén contentos y
alegres, pues se lograra.
Este goce es trasgredido, este
goce es la hora loca que esta dentro del imperativo del otro y como se entiende
desde la perspectiva del otro es el otro sujeto que te lleva a su goce, es el
goce ajeno, es decir, es el instrumento del goce del otro. Y estos imperativos
llevan a los sujetos a buscar nuevos refugios, como se da cuando se presenta,
de forma inesperada, la hora loca en una reunión, dónde no te queda más que
estar refugiado con una sonrisa; como si todo estaría bien y nada importa en
ese momento.
Es mas así como lo demuestran los
talk shows de la televisión, los vicios están hechos para la mirada pública, y
esto no solo porque las cámaras de televisivas son omnipresentes sino porque la
sociedad de mercado conmina al sujeto a distanciarse de las virtudes colectivas
y hacer valer su derecho a gozar como individuo a expensas de los demás.
Propongo, que la hora loca no es
verdaderamente transgresiva sino es una mercancía post-alegre que responde al imperativo a gozar sin
límites de diversión que la hora loca en la que esta sometido el individuo narcisista.
Ahora bien dentro de este
contexto que estoy desarrollando en cuanto a la hora loca, puedo afirmar que
cuando se da este tipo de evento en nuestras vidas, se esta armando un sistema
en el cual se sabe que el otro llamado así con letras minúsculas, es referido
al semejante, o sea en este caso seria, los invitados participantes dentro de
tu hora loca. Y llamado el Otro con letra mayúscula, seria el orden simbólico
como son las leyes y ordenes sociales, que socializa el cuerpo y hace de él un
sujeto. Para eso digo que el Otro son los demás, un los demás abstracto de
quien el sujeto a otorgado la autoridad para decirle quien es y quien debe ser.
Desde la interpretación de Juan Carlos Ubilluz, existe Otro
que no existe donde se puede pensar que han desaparecido los principios
sociales que rigen la existencia humana y que vivimos en un mundo donde todo
esta permitido y cada quien hace lo que quiere, es evidente que hay principios
que rigen nuestra vida social como son los mercados y por mas individualista
que nos parezca la gente de hoy, pocos son los que en verdad actúan de acuerdo
a la singularidad de su deseo. Por lo tanto el Otro que no existe, alude a que
el sujeto contemporáneo ya no cree en una comunidad universal, es decir, en
otro con metas colectivas que deban primar sobre los intereses particulares e
individuales.
Por lo tanto, la inexistencia del
Otro es suplida por un orden narcisista en el que el yo se eleva al estatuto de
el objeto digno de amor y el otro (el semejante) decae al estatuto rival.
Enlazando al capitalismo este orden imaginario, este orden es el orden del yo
de sus espejos y fantasías (hora loca), conduce al sujeto hacia el cinismo y la
perversión.
El cinismo y la perversión son
las que hacen del sujeto un yo-súbdito de una voluntad ajena, así como se ve en
el momento preciso cuando se da inicio a la hora loca, entonces seria la
voluntad ajena, también la voluntad del mercado; que propone la hora loca donde
solo nos queda mas que ser parte de ella, sin nuestro consentimiento. Entonces
dentro de esta perspectiva que propongo como se ve el sujeto, tal vez como un
súbdito como lo mencione líneas arriba. Pero para entender mejor este párrafo
compartiré algunas precisiones que son necesarias para entender por qué dentro
del contexto de la hora, visto como un objeto cultural es parte de la
modernidad y la postmodernidad que ha modificado la relación entre el sujeto y
el Nombre-del-Padre, el significante de autoridad que soporta al gran Otro.
Si bien es cierto que el
mencionar el nombre del padre evoca un tipo de poder, con el cual el sujeto
esta atado a lo que este desea, en la realidad material del capitalismo
favoreció a la separación del individuo de sus actividades tradicionales de
producción y consumo, ambas percibidas como intrínsecas a su ser. Es decir, la
encarnación moderna del Nombre del Padre, la razón sostenía la creencia en el
Otro como civilización universal, como sociedad única para todos los
individuos, este nombre del padre es capaz de generar nuevos valores sociales.
Desde mi punto de vista, en este caso el poder de generar
un nuevo estado del súbdito dentro de la "hora loca". Algunos consideran novedoso y moderno la hora
loca, dentro de esta modernidad que esta creciendo en nosotros mismos, el
Nombre del Padre acoge esta función poética, subversiva, creadora, es decir, el
poder de nombrar y hacer existir, lo que no existe. Así comparo este caso con
el de la hora loca, cuando en una fiesta, no necesariamente existe alegría y
sonrisas de oreja a oreja de cada invitado en la reunión, sino que se genera de
acuerdo a lo que se presenta, como lo hace la hora loca, quien genera la
alegría que falta en la fiesta. Un lugar donde tal vez, no lo hay.
El Nombre del Padre es la
instancia de la cual se sirvieron los amos del progreso para violar las normas
del orden simbólico existente y hacer existir algo nuevo, es decir un nuevo
orden simbólico. Así como lo mencione líneas arriba esta temática o estructura
de la hora loca es parte de un hombre moderno y postmoderno procura en ellas un
goce que supone propio a su individualidad; y para validarlo él se sirve de un
nombre del Padre, como ocurre en la hora loca, donde le otorga la autoridad al
sujeto y lo conmina a integrar una comunidad identificada con el goce (hora
loca). El ocaso del nombre del padre trae entonces, consigo la multiplicidad
postmoderna de los nombres del padre, nombres que resucitan o nacen la
creatividad, que reivindican lo real sino mas bien el narcisismo de lo
particular, el goce de ser parte de un todo como yo.
Concluyo que este breve ensayo,
nos muestra lo que realmente puede
significar, el concepto real de la hora loca viéndolo desde el punto de vista de las pistas que ofrece el psicoanálisis lacaniano. Desde una visión política la hora loca es parte de nuestro mercado, donde impera el
sistema capitalista, se ha vuelto lo esperado e inesperado a la vez. Es parte
de nuestro deseo del goce del otro, del Otro quien es crea nuevas realidades
sociales. Muchas veces nos cuesta aceptar que estamos sujetos a los mandatos
que nos imponen o al poder que se nos ponen frente a nosotros, el gozar es
sentir el placer absoluto, es el placer o el goce que debería ser propio y
decidido por nosotros mismos y no por el otro. Por lo tanto, el sistema de la
hora es un ejemplo claro de como es que se uno se siente subordinado a un
ambiente no deseado, en ese preciso momento. Así no estamos siendo dueños de lo
que queremos gozar; ahora no se trata de gozar por gozar sino de un goce
equilibrado que sea creador. Este goce por otro es trasgredido por ese otro al
ser nosotros los súbditos de su goce del otro.
Bibliografía:
JUAN CARLOS UBILLUZ, Nuevos
súbditos: cinismo y perversión en la sociedad contemporánea. IEP Ediciones, primera
edición mayo 2006.
MARITA HANNAN, Batallas por la
memoria. Batallas por la memoria: antagonismos de la promesa peruana.
Encrucijada de la política ética y verdad. Primera edición junio 2003.